martes, 10 de abril de 2012

Recortes ¿para qué?


Anuncia Mariano Rajoy que recortará 10.000 millones de euros más en sanidad y educación para cumplir el objetivo de déficit. Después de los presupuestos presentados, esto no corrobora más que un objetivo cortoplacista, sin aportar ni un viso de luz sobre el modelo económico definitivo que ha de sacarnos de la crisis. 


Lo que prima es el ahorro a toda costa, pero sin una verdadera reflexión de dónde y cómo. Primero se anuncian los recortes, luego se debatirá el cómo. 

Hay un cierto consenso en que la rotura de la burbuja inmobiliaria es parte importante en la crisis de desempleo y que todo ello evidencia el fin y colapso de un modelo económico para el que, casi un lustro después de empezar todo este caos, sigue sin definirse claramente hacia donde redirigir nuestros esfuerzos productivos. 

Recortar en sanidad es tocar el último pilar del estado social. Recortar en educación es echar más barro sobre el sistema educativo más pobre de Europa, estando a la cola nuestros estudiantes en todos los rankings, y lastrar el porvenir de una sociedad con cada vez más casos de analfabetismo funcional. Pero va bien para producir borregos a los que convencer para el voto con lemas como "el cambio es bueno", toda una definición de argumento ad novitatem que ha convencido a miles de votantes sin plantearse si quiera a dónde nos iba a llevar ese cambio. Porque un cambio puede ser bueno pero también malo, sorprende el tener que recordarlo.

Recortar en investigación es, sencillamente, condenarnos a seguir apostando por modelos económicos y productivos arcaicos. Y todo ello duele especialmente cuando sí hay otros posibles mecanismos de ahorro antes de atentar contra lo que verdaderamente puede sacarnos de esta situación a medio plazo. Ahí está Defensa, el Antiguo Régimen (Iglesia y Monarquía), y las evidentes y sonrojantes duplicidades entre diputaciones y delegaciones provinciales de los gobiernos autonómicos. 

Por Telma

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