Decía Napoleón que si quieres que algo se demore eternamente, nada mejor que crear una comisión.
El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha anunciado justamente una comisión de expertos para analizar el sistema universitario. Casi para echarse a temblar después de los recortes en educación e investigación, históricos, y que se acercan en fondos a los que percibirá la Iglesia en un estado aconfesional.
La comisión universitaria y la anunciada reforma en educación obligatoria siguen sonando insuficientes (cuando no sonrojantes), más como aparato de propaganda que como la verdadera inversión y apuesta que el sistema educativo necesita desde hace años.
¿A dónde se dirigen nuestros esfuerzos más allá de a tratar de cumplir los objetivos de déficit impuestos para este año? ¿Alguien de ustedes sabe cuál es el plan a medio o largo plazo? ¿Qué vamos a potenciar, vender o producir para emplear a seis millones de parados? ¿Cuál será el modelo de crecimiento alternativo a la construcción? Porque decir que la investigación y la educación son la salida suena muy bien y es evidente. Pero resulta difícil de creer cuando se recorta ya en el peor sistema educativo en Europa. Y a lo bestia.
Por Luis
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