Reducir el número de alumnos por aula consigue una atención más individualizada y mejora el rendimiento de los estudiantes. Era una experiencia comprobada y en la que cabía cierto consenso. Ahora, en España, Educación plantea lo contrario, como medida de "ahorro".
El ahorro será efectivo. E inmediato. Otro asunto es que el asunto funcione a largo plazo. Sí, cerraremos el año con menos gasto, lo que es lo mismo, menos inversión. En Educación. Lo que se supone deberá ampliar los horizontes de cultura e innovación.
Vale. Contentaremos a la UE, a Alemania y el gobierno presumirá de resultados a final de año. Más allá de eso, ¿a dónde nos dirigimos? ¿De qué valdrán estos sacrificios de ahora si nos cargamos lo que garantizaría la viabilidad futura? ¿Compensa realmente recortar en educación o debería ser donde habría que centrar los esfuerzos inversores? Es más, ¿estamos centrando el esfuerzo inversor en algo? ¿Qué sector, que apuesta nos sacará de la crisis? ¿Renunciar a derechos sociales? ¿Es lo deseable¿ ¿Ya nos hemos resignado a ello?
Es evidente, que solo destinando dinero no se consigue nada. Hay que legislar con acierto, con verdadero interés, con el objetivo claro de que mejorar en educación es mejorar en sociedad, en economía y en calidad de vida. No me cansaré de recomendarles conocer el caso de Finlandia.
Por Luis
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