La prima de riesgo vuelve a estar en el punto de mira informativo en España, cinco meses después. Nada se había sabido de ella desde que en medio de la campaña electoral para las generales, ayudó a precipitar la caída de un gobierno herido de muerte, porque ella no entiende de jornadas de reflexiones.
Durante este nuevo mandato de Rajoy, no había aparecido hasta que comenzaron los gérmenes de la protesta social en forma de huelga, gresca en la calle y perplejidad ante la amenaza de recortes en sanidad, educación e investigación, más allá del tijeretazo ya hecho en los presupuestos.
La prima de riesgo despunta ahora, nuevamente, como queriendo advertirnos: "Cuidado con intentar revolverse, plebe. No hay alternativa a los recortes, sigo aquí". La única pega que veo es que "los mercados" de deuda existen y no son ni tan volátiles ni aleatorios ni tan impersonales como quieren que creamos.
Ya en noviembre pensaba que la deuda de España se seguiría pagando. Si tuviera pasta, yo mismo habría comprado bonos entonces, porque los que lo hicieron en aquel momento consiguieron un interés récord. Los especuladores siguen lucrándose con estos vaivenes, que sabiamente saben llevar a cifras de alarma social cuando el pueblo amenaza con frenar las medidas políticas que garantizarán en los próximos años cancha libre total para el especulador y el defraudador.
Por Luis
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