martes, 18 de octubre de 2011

PP y PSOE en apoyo de la censura

Controlar lo que dicen los medios de comunicación es un ejercicio siempre apetecible para los grupos de poder de turno. En plena crisis  que, como todas las empresas, sufren los periódicos, radios o televisiones, son pocos los medios que no terminan sucumbiendo al dictado de los anunciantes: Los que ponen "la pasta" para pagar las nóminas.


Sin embargo, más flagrante que el control comercial es el control político de los medios públicos, espectáculo bochornoso que últimamente interpretan sin tapujos los dos grandes partidos políticos en España. Y porque me referiré a estos, no voy a recordar aquí hoy el delirante y casi surrealista caso del secuestro de una publicación en plena democracia (2007), como fue la retirada de un número de la revista satírica "El Jueves", gracias a esa institución tan moderna llamada monarquía.


Hace unas semanas PSOE y PP alcanzaban un acuerdo total en el Parlamento. Como dice el discurso políticamente correcto y falso-demócrata con el que consiguen lavar facilmente el cerebro de gran parte de la ciudanía, una decisión "tiene que ser buena", por el mero hecho de que se pongan de acuerdo los dos grandes partidos. Algo así como lo que decía el español medio cuando lo de la reforma constitucional, aunque no tuviéramos ni zorra de la que se nos venía encima.




Pos resulta que una de las últimas decisiones "consensuadas", de esas de las buenas, no era sino la de que el próximo gobierno gozase de poder absoluto, cual déspota monarca, a la hora de decir "esto sí, esto no" en las noticias de Televisión Española, por cierto, informativos más vistos y creo menos indignos de la actual parrilla (octubre 2011).


Tal cual. PSOE y PP aparcaron sus diferencias para "consensuar" que el consejo de administración del ente público televisivo tuviera acceso directo, en todo momento, a la escaleta del informativo, esto es, a la relación de noticias que se incluyen, siempre reservándose la facultad de "aconsejar" la inclusión o no de cada noticia.


El problema es que este consejo de administración no lo forman, ni necesariamente ni en la práctica, profesionales periodistas, sino cargos políticos. Mientras en una buena parte de las televisiones públicas autonómicas el gobierno de turno elige a dedo, directamente, a los miembros de sus respectivos consejos (sí, el presidente/a de la autonomía designa quién manda en la tele pública), desde la época ZP a los que cortan el pescado en TVE los elige el Parlamento, lo que no deja de ser el nombramiento a dedo de personas de confianza de los grupos de más poder en la Cámara.


Tras la aprobación del despropósito del control de escaleta en el Congreso, con apoyo de populares y socialistas, se formó algo de revuelo (que no mucho) en el gremio periodístico, tal era la vuelta a un planteamiento netamente franquista.


Días después, ante la desidia de peperos y sociatas, el propio consejo de administración del ente televisivo, rojo de vergüenza imagino, dio marcha atrás, lo que no apartó de una situación de evidencia sonrojante a los dos únicos partidos en quien el electorado "confía" (madre mía) el gobierno de su país. Pero aquí pronto se perdona y olvida.


¿La moraleja de todo esto? Votad a quien os de la gana (la "real" gana, en España), pero ahora ya sabéis lo que a ambos partidos "grandes" les importa una de las libertades fundamentales definitorias de una democracia real: Vuestro derecho a saber lo que hacen.


Por Telma

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